Opinión

Estamos ahuyentando al futuro comprador del Valencia

Hace ya muchos meses que llevo diciendo que este entorno del Valencia es el peor que se ha conocido

Layhoon junto a Inma Ibáñez y Javier Solís

Layhoon junto a Inma Ibáñez y Javier Solís / F. Calabuig

El entorno del Valencia destruye al club y ahuyenta al próximo comprador. Conclusión: el club, camino de la muerte. La frase no es mía, es de alguien que prefiere permanecer en el anonimato, algo que le alabo porque lo realmente importante es el peso de su razonamiento. El cual, desde luego, no va a ser compartido por mucha gente; esa que sigue pidiendo sangre. La sangre equivocada, si es que hay alguna que sea la "correcta". Esa gente que continúa eligiendo la algarabía en lugar del camino recto. Quizá porque el camino recto siempre es mucho más tortuoso y complicado.

Para comprar el Valencia hay que poner, tener, 900 millones de euros. Porque hay que pagar a Peter Lim por sus acciones, hay que afrontar la deuda neta que tenemos y hay que terminar el campo, a ser posible, sin tener que recurrir al préstamo de CVC. Y, además de todo eso, que no es poco, hay que contar con la aprobación del entorno. Al que, si algo no le gusta, y más allá de la crítica del pañuelo, ahora puede señalar, perseguir por la calle, llamar a prensas de medio mundo, insultar a la familia del dueño… Y no, no estoy defendiendo a Lim. Él se ha buscado esta situación. Pero también es verdad que hay quienes han aprovechado ese contexto para ser más visibles extremando las posturas, radicalizándose al máximo para poder tener más notoriedad. Esto no va de Lim, va del Valencia, va de nuestro porvenir. Y siendo los más malos de todos los malos no sólo no vamos a solucionar la papeleta que tenemos ahora sino que lo que haremos es poner más piedras en el camino para el futuro, cosa que ya estamos haciendo.

Hace ya muchos meses que llevo diciendo que este entorno del Valencia es el peor que se ha conocido. Yo por lo menos. Y que, o no nos damos cuenta, o no queremos darnos cuenta. Se ha generado enfrentamiento entre valencianistas por su forma de pensar, se ha señalado a quien se sale del guión, se ha llamado colaboracionista (una palabra con una carga terrible para quien tenga un mínimo de nociones de historia) a aquellos que disienten de una cierta corriente. Ahora, por lo visto, se han normalizado actitudes como insultar de forma pública y hasta perseguir a gente por la calle. Me parece inconcebible. Si mi mejor amigo tuviera mil millones de euros para gastar en un club de fútbol, ahora mismo le aconsejaría que no los metiera en el Valencia. Lo digo como lo pienso. Me duele en el alma tenerlo tan claro, pero decir otra cosa sería mentir, y ya estamos muy mayores para engañarnos a nosotros mismos.

Mientras escribo sigo pensando que habrá quien vea en esto una defensa de Meriton, y, de verdad… ya hay que tener cuajo. Lim está matando al Valencia, claro que lo está matando, pero nosotros no podemos ser los que le demos la puntilla. Lo ocurrido con Javier Solís esta semana o con Corona hace un tiempo, que se genere ese odio, no nos ayuda en nada, no nos ayuda a nada. Para lo único que sirve es para ahuyentar a un posible comprador. Hoy en día hay muchas opciones en el mercado de clubs, pero muchas, porque ahora mismo está en venta medio fútbol europeo, y la mayoría de esas opciones no tienen un tallo lleno de peligrosas espinas. Pero claro, nosotros siempre tenemos razón. Y todo bajo el manto de no sé qué bandera que enarbolan unos pocos y que no es la de todos, lo cual sería lo justo.

Por cierto, y hablando un poco de fútbol, sigo creyendo en Baraja y sus nanos. Y me encanta saber que, a pesar de todo, podemos seguir luchando por Europa. Aunque hablamos muy poco de esto, mi pasión y la de todos sigue siendo nuestro equipo, nuestro escudo y nuestra camiseta. Mi mejor momento, siempre, es cantar un gol del Valencia. Y eso no entiende de nada más que sentimiento.

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