El secreto de Bordalás para recuperar la seguridad defensiva del Valencia CF

El entrenador alicantino está apostando por Omar Alderete, Gabriel Paulista y Hugo Guillamón para asentar la solidez defensiva

El triángulo de seguridad: Paulista, Alderete y Guillamón

El triángulo de seguridad: Paulista, Alderete y Guillamón / J.M. López

Pau Pardo

Pau Pardo

La seguridad defensiva es una de las principales preocupaciones de José Bordalás. El entrenador alicantino trabaja para construir un equipo sólido desde los cimientos y que base su talante competitivo en reducir al máximo las acciones de peligro de sus rivales. Para llevar adelante este plan ha apostado por su particular triángulo de seguridad conformado por Gabriel Paulista, Omar Alderete y Hugo Guillamón, a los que ha mantenido la confianza incluso en los momentos más complicados del curso en busca de asentar una estructura fuerte. 

De los doce partidos disputados hasta la fecha, estos tres futbolistas han coincidido en el campo hasta en nueve ocasiones. Para el entrenador son prácticamente intocables y a partir de ellos quiere que el equipo siga creciendo en fortaleza defensiva. A pesar de alguna tímida rotación durante la racha de siete partidos sin ganar, Bordalás ha apostado por darles continuidad y contra el Villarreal hicieron su mejor partido en términos de seguridad, concentración, intensidad y de compenetración ubicados en el campo de forma puramente triangular por el cambio de esquema. 

Los tres rindieron a un nivel muy alto bloqueando cualquier posibilidad del equipo de Unai Emery de hacer daño entre líneas. Los centrales anticiparon al delantero en la mayoría de acciones y fueron sólidos en centros laterales. A la gran actuación de Paulista y Alderete se sumó la de Guillamón, que cuajó uno de sus encuentros más completos desde que adelantó su demarcación de la zaga al centro del campo: intensidad en los duelos, permutas y coberturas constantes para eliminar cualquier espacio por el que el Villarreal pudiese colarse. El ‘6’ además está interpretando cada vez mejor lo que el entrenador le pide, ya no solamente a nivel de posicionamiento y fundamentos, sino también de agresividad: es el jugador de toda LaLiga que más faltas comete por encuentro (3,2)

Paulista, el que más juega

Los tres están entre los cinco jugadores con más minutos disputados en lo que va de temporada y salvo el día del Mallorca -en el que ni Alderete ni Guillamón salieron de inicio- solamente se han perdido partidos por sanción. El ránking lo lidera Paulista con 1020’ jugados y ha sido titular en todos los choques. El hispanobrasileño es uno de los capitanes del equipo y hombre de confianza de Bordalás en el eje de la zaga. El entrenador ya reconoció en sala de prensa que habla mucho con el ‘5’ y se les puede observar intercambiar opiniones casi en cada sesión de entrenamiento.

En el Villamarín se perdió sus primeros minutos tras un golpe en la cabeza y en el tramo final del choque contra el Villarreal tuvo que ser sustituido por unas molestias musculares que le hacen ser duda para recibir al Atlético de Madrid el próximo domingo en Mestalla. Sería la primera vez que el central no sería titular y Bordalás se vería obligado a deshacer el triángulo de seguridad que tan buen resultado le dio la pasada jornada. 

Diakhaby entraría en su sitio y obligaría a Alderete a dar un paso al frente e interpretar el papel de líder de la zaga. El paraguayo ha disputado 859 minutos (el cuarto que más) y su rendimiento ha sido un tanto irregular, pero con un patrón muy claro: cuando el equipo ha jugado con el bloque junto y compacto se han reducido sus carencias y se han explotado sus virtudes.

Más allá de presionar arriba o actuar con las líneas unos metros más atrás, cuando Alderete ha estado arropado ha sido dominador en facetas como los duelos o la anticipación, pero cuando el equipo ha presionado mal y ha concedido espacios el guaraní ha sufrido en transición defensiva y se le han visto los problemas para defender a campo abierto. 

En síntesis, los tres futbolistas que componen el triángulo de seguridad de Bordalás han demostrado el nivel suficiente para elevar la seguridad defensiva del bloque siempre que el trabajo sea coral y el equipo mantenga ‘hábitos’ propios del ‘ADN’ del entrenador: agresividad en los duelos e intensidad y orden en la presión a la hora de presionar.