Ciclismo

El Tour de Francia pone a Bilbao en el mapa

Bares, restaurantes y hoteles de la ciudad adelantan las provisiones y se preparan para un ‘Grand Départ’ que plantea grandes incógnitas

En las calles de la capital vizcaína, que lucen con los adornos amarillos característicos de la ‘Grande Boucle’, ya se respira ciclismo

Trabajadores preparan el escenario donde tendrá lugar la presentación de los equipos del Tour de Francia.

Trabajadores preparan el escenario donde tendrá lugar la presentación de los equipos del Tour de Francia. / EFE

Tras muchos años persiguiendo el objetivo, la ciudad de Bilbao vivirá este fin de semana la salida de la carrera más emblemática del ciclismo mundial: el Tour de Francia. La cuenta atrás, que comenzó en marzo de 2021 cuando el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de la capital Vizcaína lograron un acuerdo con ASO, la empresa organizadora de la prueba ciclista, está a punto de llegar a su fin y así se percibe en las calles, que a pocos días del arranque ya lucen con los colores amarillos característicos de la carrera.

El Tour requiere de una organización de proporciones mayúsculas y la ciudad se prepara para acoger de la mejor forma posible el “evento más grande” al que se ha “enfrentado”. Así lo aseguró el pasado mes de mayo el concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo del ayuntamiento, Xabier Otxandiano, que añadió que la acogida de la carrera “no obedece a flor de un día” y que llevan años trabajando “en una estrategia muy clara: eventos deportivos, de cultura y el empresarial".

De hecho, las negociaciones por traer la ‘Grande Boucle comenzaron en 2016, cuando el consistorio invitó al director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme, a disfrutar de una etapa de la Vuelta a España que pasó por la villa. En ese momento comenzaron unas negociaciones que darán sus frutos estos días, con la salida de la carrera más importante del ciclismo desde los aledaños del estadio San Mamés este sábado 1 de julio.              

Sin embargo, los aficionados al ciclismo y los ciudadanos que quieran empaparse de la atmósfera que rodea a esta prueba tan especial, podrán disfrutar ya este jueves de la presentación oficial de los equipos, que se dejarán ver sobre el escenario ubicado en el paseo Abandoibarra, entre el Palacio Euskalduna y el Museo Guggenheim.

Escaparate de unos grandes almacenes en el centro de Bilbao.

Escaparate de unos grandes almacenes en el centro de Bilbao. / EFE

Gran impacto económico

El esfuerzo por traer un evento de estas dimensiones a Euskadi ha supuesto un considerable esfuerzo de las instituciones vascas, que se traduce, entre otras cosas, en más 12 millones de euros invertidos. Más de dos terceras partes de la inversión, según datos oficiales, han corrido a cargo del Gobierno Vasco (3,2), Ayuntamiento de Bilbao (3,2) y Diputación de Vizcaya (2,4). Las diputaciones de Guipúzcoa (1,1) y Álava (0,5) y los ayuntamientos de San Sebastián (1,1) y Vitoria (0,5) han aportado el resto de la inversión hasta completar esos 12 millones de coste de este acontecimiento histórico, tanto a nivel deportivo como social, que transitará por casi la mitad de los municipios vascos.

Ahora, tras el desembolso, llega el momento de rentabilizar la inversión, que se estima que sea de más de 100 millones de euros. Aunque los números definitivos no se conocerán hasta después del paso de la ronda gala, las primeras estimaciones en base a experiencias de la salida de la 'Grande Boucle' fuera de Francia de la última década como las Yorkshire, Bruselas, Dusseldorf o Copenhague apuntan a un retorno de entre 6 y 9 euros por euro invertido, según los cálculos aportados en su día por Otxandiano.

Sectores como el hotelero, o la hostelería local tendrán una buena oportunidad de negocio debido a los aficionados que arrastra el Tour y el propio personal que forma parte de la carrera. Trabajadores de los equipos participantes, patrocinadores, miembros de seguridad y cerca de 3.000 periodistas acreditados que retransmitirán el evento en directo para 190 países forman parte de la decena de miles de personas que se moverá y consumirá por las ciudades del País Vasco durante las tres primeras etapas.

Bilbao se viste para dar la bienvenida al Tour de Francia.

Bilbao se viste para dar la bienvenida al Tour de Francia. / EFE

Israel Muñiz, director general del hotel Tayco, señala que ha habido “muy buena acogida” y se encuentran prácticamente completos para el fin de semana. “Estamos muy contentos, porque además, contamos con dos restaurantes donde también percibimos un mayor volumen de clientes”, declara. Del mismo modo se expresa el subdirector del hotel Vincci Consulado de Bilbao, Arturo García-Loygorri, que reconoce que cuentan con una buena entrada de reservas, debido también a los diferentes grupos que llegan a través de agencias de viajes desde Bélgica, Francia, Países Bajos y otros países del centro de Europa para disfrutar del 'Grand Départ'.

La hostelería del centro de la ciudad también se verá beneficiada por este acontecimiento, al menos así lo cree Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Vizcaya, que valora positivamente los buenos resultados en los alojamientos, aunque señala que existe cierta incertidumbre con lo que realmente supondrá el evento para los bares y restaurantes.

“Lo que nos depararán estos días es una incógnita. En otros años que ha pasado la Vuelta no nos ha repercutido mucho, pero el Tour creo que sí mueve más gente. Espero que vengan personas de Cantabria, de Burgos y de otras zonas del norte, donde hay mucha afición por el ciclismo”, apunta Rubén García, gerente del restaurante Atseden y gestor de otros tres locales en la zona de Ledesma de Bilbao.

Bilbao, en el mapa internacional

Carteles dan la bienvenida al Tour de Francia junto al paseo de la ría.

Carteles dan la bienvenida al Tour de Francia junto al paseo de la ría. / EP

Más allá del efecto a corto plazo que tenga el Tour de Francia en la economía del País Vasco, y de Bilbao concretamente, tanto los hoteles como la hostelería de la zona coincide en que este acontecimiento es una gran oportunidad para la ciudad en general. Y es que, la ronda gala, además de una carrera en la que pugnan por la gloria los mejores corredores del mundo, también es un anuncio televisado en casi 200 países en los que decenas de millones de personas seguirán la carrera diariamente por televisión. Más que cualquier otro evento deportivo a excepción de los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Las imágenes aéreas del recorrido y las tomas de las calles de los alrededores de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa mostrarán al mundo los impresionantes paisajes de la región.

“Más que el negocio durante estos días, que está muy bien pero que sólo son una o dos jornadas, lo realmente interesante es situarnos en el mapa”

Félix Parte

— empresario

“Además del impacto directo inmediato, que es evidente, también existe un efecto a medio o largo plazo por su repercusión mediática y publicitaria muy importantes”, considera Sánchez. En ello coincide Félix Parte, empresario al frente de la Olla, que gestiona diez establecimientos en Bilbao: “Más que el negocio durante estos días, que está muy bien pero que sólo son una o dos jornadas, lo realmente interesante es situarnos en el mapa”. Por su parte, Muñiz considera que la villa “lleva tiempo consolidándose como ciudad acogedora de eventos deportivos, congresos y conciertos de todo tipo” y, según opina, esto significa “volver a poner a Bilbao en un papel internacional muy importante y a los ojos de muchos clientes potenciales”.

García-Loygorri ve esta fecha como una “nueva oportunidad para posicionarse” y que según cómo transcurran el acontecimiento, “dirá mucho sobre la capacidad que tiene la ciudad para acoger este tipo de eventos y de que pueda crecer aún más la industria turística”.

Incertidumbre logística

Es evidente que a nivel económico y social la ronda francesa traerá consigo grandes noticias, no obstante, esta 110 edición será la segunda vez que la mítica carrera salga al sur de los Pirineos. La otra ocasión fue en 1992, con salida oficial desde San Sebastián. Por ello, resultan razonables todas las dudas y la incertidumbre que viene perturbando al sector servicios estos días. Y es que, las innumerables restricciones a la movilidad en calles y carreteras del País Vasco afectarán a una gran mayoría de la sociedad, más si cabe a los trabajadores de la hostelería, que se han visto obligados a adelantar sus pedidos y aprovisionar el género necesario para hacer frente al fin de semana.

“Una parte de la hostelería se va ver beneficiada, pero hay otra que va a tener que suplir los inconvenientes de una carrera de estas características. Muchos locales del extrarradio, fuera de la ciudad, que tendrán carreteras cortadas y, por lo tanto, ni los clientes ni los trabajadores van a poder acudir a lo locales. No les queda otra opción que no funcionar”, señala el gerente de la Asociación de Hostelería de Vizcaya y remarca que se reforzarán las provisiones de materias primas: “Es la primera vez que viene un evento de estas características a Bilbao y es difícil calcular de cómo de grande va a ser la avalancha. Es una incógnita”.

Bilbao se tiñe con los colores del Tour de Francia.

Bilbao se tiñe con los colores del Tour de Francia. / EFE

Comparte los mismos interrogantes Félix Parte, que hablando con otros colegas, percibe una disparidad de opiniones sobre los efectos del Tour en la hostelería. “Hay personas que creen que va a ser algo bueno, pero otros piensan que con tantos cortes de carretera la ciudad puede quedar algo aislada. Yo creo que va a haber trabajo y nos vamos a reforzar con más personal, pero puede ocurrir que al final haya menos clientes de los esperados. Hasta que no llegue el momento, no lo sabremos”, reconoce el empresario.

Como el resto de sus compañeros, Rubén García ha adelantado los pedidos necesarios a principios de semana. “Los hosteleros hemos reforzado plantillas, porque no sabemos muy bien lo que viene y los transportistas tampoco lo tienen nada claro. Hay un poco de desinformación en ese sentido, pero, en la calle la gente está ilusionada”, apunta el gerente del Atseden.

Así, a medida que se acerca el día marcado en rojo en el calendario, las calles de Bilbao van tomando un tono amarillo para dar la bienvenida a un Tour de Francia que será histórico para el País Vasco. Se espera un fin de semana de mucho movimiento, emoción, música, ilusión y ambiente festivo. Pero también de trabajo, negocio y estrés para muchos empleados que lucharán para sacar el mayor acontecimiento celebrado en esta ciudad que tanto ama el ciclismo.