Un punto de madurez que sirve para poco (0-0)

El Getafe-Valencia, amargo, intenso y adictivo como el café, es un género propio con sus propias reglas: siempre hace frío, se multiplican las interrupciones, el griterío hostil y los balones divididos. Un duelo de vértigo constante, festín de cabezazos, en el que los jugadores más talentosos se marchan con los tobillos doloridos y alguna colleja cuando el balón está en otra parte. En un escenario muy exigente que obliga a afilar los sentidos, el conjunto de José Bordalás arañó un punto meritorio en el contexto de un partido áspero, como marca su costumbre, pero con escasa producción atacante y que resulta insuficiente ante el renovado empuje europeísta de las últimas jornadas. La exigente batalla del Coliseum confirma, eso sí, la evolución defensiva del Valencia, un equipo cada vez más solvente y más fiable, que sobrevive incluso a las continúas bajas de la zaga. Un punto de madurez.

El paso de Bordalás al Valencia no ha rebajado la intensidad del duelo, más bien ha contribuido a asentar definitivamente una rivalidad inédita con un lustro de efervescencia, con el picante añadido de ver al hijo pródigo, el getafense Hugo Duro, de blanquinegro. Con el paso del tiempo la lógica es que se evapore, por su asimetría y la falta de tradición histórica, pero de momento sigue resistiendo como uno de los partidos más eléctricos del año, con entregas que los aficionados revisarán como clásicos de cine independiente.

Por si quedaban escépticos, a los cinco minutos ya se habían producido cinco faltas. Con los dos equipos tácticamente clonados, partiendo desde los tres centrales, con balones largos y muchas precauciones. El Getafe trató de llevar la iniciativa, con la facilidad de Sandro para armar disparos desde lejos. La réplica del Valencia venía en las asociaciones entre Bryan Gil, victorioso entre regates, y Guedes, casi siempre cazado antes de llegar a posiciones de peligro. Los centrales locales despejaban todo centro hacia Hugo Duro, marcado sin compasión por la misma parroquia que le vio defender con la máxima honradez y sacrificio desde los 5 años el escudo de su club. Con tanta rigidez táctica, la aventura llegaba en alguna exquisitez técnica aislada o con las cabalgadas poderosas de Foulquier, que rompía con su zancada la organizadísima defensa del Getafe.

Notas y stats del Getafe - Valencia

En un duelo de trincheras, el joven Jesús Vázquez aguantó con entereza el duelo con el lateral más experimentado y canchero del campeonato, Damián Suárez. El carrilero valencianista participó en la ocasión más clara en la primera mitad de los visitantes, marcándose una pared con Bryan Gil, cuyo remate final, con la derecha, se marchó ligeramente desviado. Con Guedes frustrándose ante cada colmillazo, la última de la primera mitad fue para el Getafe, pero Mamardashvili cubrió con solvencia el taconazo de Enes Ünal.

Lamentables cánticos contra Hugo Duro

La igualdad continuó en la segunda parte, con imposición de las dos defensas, incluso con los cambios atacantes de los dos equipos y pese a la acumulación de saques de esquina. Se incrementaba la sospecha de que un simple detalle, un solo error, podría ser letal en el resultado final. Así pudo suceder con otra escapada en solitario de Foulquier, atajada con problemas por David Soria, que se lesionó en esa acción. O con el mal despeje de Mamardashvili ante la presión de Mayoral. El balón entró llorando a la red, pero la pifia quedó anulada porque la pelota rebotó en el brazo del delantero cedido por la Roma, no sin una fuerte controversia y varias amarillas en las protestas por la revisión acertada del VAR. Con varias acciones a balón parado, sobre todo para los azulones, y con un llamativo triple cambio en el minuto 90 por los visitantes finalizó otro Getafe-Valencia igualadísimo y con los jugadores con hielo e ibuprofenos para calmar tanto ardor guerrero.

Ficha técnica del Getafe - Valencia