Opinión

Otra oportunidad que Lim va a desperdiciar

Pasarán muchas temporadas, y todavía más entrenadores, hasta que se vuelve a recoger una cosecha como la actual

Celebración de un gol en Mestalla

Celebración de un gol en Mestalla

El Valencia lleva 40 puntos a pesar de Peter Lim. Todo lo que sea quitarle mérito a Baraja y a los chavales para dárselo a quien no toca es mentira. Una más, la enésima, en un club cuyos gestores no se merecen la suerte que están teniendo. La llegada del Pipo ya fue un golpe de azar y desde entonces, como en el tenis, la pelota acostumbra a seguir su trayectoria y caer en el lado correcto cada vez que toca la red.

Esos 40 puntazos son una gesta porque la plantilla, tal y como a Layhoon no le quedó otro remedio que reconocer, estaba hecha solo para salvarse. Y son también, por encima de todo, un desperdicio. Sin duda un motivo más por el que cantarle las 40 a Lim, que ni hace ni deja hacer. Pasarán muchas temporadas, y todavía más entrenadores, hasta que vuelva a recogerse una cosecha como la actual, formada por talentos de varias generaciones a los que no les ha venido grande el salto a la élite.

En el curriculum de Baraja, se quede o se marche en junio, brillará siempre la medalla de haber hecho de la necesidad virtud, además mientras se matriculaba en la especialidad de estar con Meriton sin convertirse en uno de ellos. Un trabajo que no solo merece continuidad sino respaldo tanto por el bien particular del entrenador como por el general de un club con los mimbres necesarios, si el máximo accionista y a la postre director deportivo quisiese, para vender, reinvertir y retener.

En Mestalla puede haber equipo para años y una base sólida con la que activar el círculo virtuoso con el que tanto tiempo se ha estado soñando. Pero ni hay plan ni ganas de hacerlo. Por eso Mamardashvili está cada jornada a una parada menos de que lo traspasen. Por eso la ampliación de Mosquera se antoja tan escasa. Por eso Pepelu, Diego López o Hugo Duro parecen a una llamada de la selección española para que se dispare su cotización... A Lim se le hará la boca agua, pero ni estamos para cuentos ni era así como nos lo contaron. 

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