El Valencia busca obtener las licencias con el proyecto de julio de 2022

El Nou Mestalla, las licencias de obra para construirlo y las condiciones del estadio siguen siendo uno de los importantes focos de debate en la vida política y social valenciana. Mientras que el Valencia pretende obtener los beneficios urbanísticos de la extinta ATE con un proyecto que presentó en verano de 2022, lo cierto es que sus características no encajan en diferentes aspectos con los requerimientos (aforo, aparcamiento, utilidades...) que marcó se pedían desde las instituciones. Ese proyecto, tal y como reveló Layhoon Chan en una carta el pasado 30 de noviembre, es el que ahora mismo obra en poder del consistorio y con el que pretende recibir las licencias para la reanudación de las obras. 

Este documento, revelado íntegramente por El Diario, recoge las intenciones del club en las diferentes materias. En primer lugar en el aforo, en el que como ya explicaron después de varias reuniones con el Ayuntamiento, estaban dispuestos a situar en algo más de 66.000 espectadores (de las cuales 2.588 son de categoría VIP) ampliables a 70.000, cifra que desde el consistorio se situó como obligatoria para poder firmar el convenio. Está por ver la postura del equipo de gobierno actual con esta fórmula. 

En el proyecto presentado por el Valencia, por otra parte, se repite hasta la saciedad el concepto de ‘estadio mediterráneo’ para tratar de justificar los cambios sufridos por el proyecto. En primer lugar para sustituir porciones de grada para habilitar “terrazas abiertas”, quitando algunos asientos para ello y también cuando hablan de la fachada. 

El aspecto del estadio ha ido cambiando mucho desde que se presentó hace más de una década. En el proyecto presentado justifican que ese cambio se dio por los enormes costes económicos de hacer la primera cubierta y una “base geométrica muy compleja” de la estructura, pero que estas dos limitaciones les han servido de “catalizador” de la solución que le han dado en la que se mezclan las columnas metálicas y los anillos de metal con el hecho de que desde fuera se pueda ver la estructura de cemento. El cambio supone “una simplificación formal importante pero también esta misma sencillez está dotada de una potencia indiscutible”, explican. 

Otro de los puntos de fricción que hubo entre el club y la administración fue el número de plazas de garaje, ya que en el proyecto inicial se hablaba de un número muy elevado, pero ya en si momento Mark Fenwick habló del cambio de paradigma en la movilidad y que por eso no tenía sentido hacer tantas. En el proyecto se reflejan 578 plazas, enfocado a un “uso diario independiente de la operatividad del estadio”, que no estará permitido en días de partido por “seguridad”.